sábado, 5 de enero de 2008

La autocaravana: Objeto Rodante Mal Identificado (ORMI)

El autocaravanismo es un fenómeno que se inicia en España a finales de la década de los 80 cuando en otros países de la UE, como Francia, Italia, Países Bajos, Alemania y Reino Unido comienza a partir de los años 60.

El parque de autocaravanas en España se estima que es de 22/25.000 unidades, mientras que países cercanos como Alemania (445.00), Italia (156.000), Francia (150.000), Reino Unido (118.000), cuentan con un número de autocaravanas superior. Mientras que la media por mil habitantes en estos ultimos países es de 3,34, en España es de 0,52. ¡Seis veces menor que lo que le corresponde por población y poder adquisitivo. (Datos procedentes del Libro Blanco del Caravaning en España, 2006)

La autocaravana proporciona los dos elementos necesarios para hacer turismo: transporte y alojamiento. Esta característica le convierte en el medio idóneo para satisfacer los deseos de un espíritu libre que aprecia sobre todo el confort y la disponibilidad para emprender un viaje sin necesidad de una planificación previa y la libertad para inciarlo en cualquier momento.

Un turismo que responde a una filosofía de vida tanto como a un medio, que no requiere modificar el entorno para practicarlo ya que solo son necesarios unos escasos 28 metros cuadrados donde posar los neumáticos, en un estacionamiento público, en un lugar llano, tranquilo y seguro que esté próximo a los lugares de visita o a los medios públicos de transporte.

Con este vehículo y según las encuestas (Harris, Francia, 2004), el autocaravanista realiza un turismo de descubrimiento, frecuentemente en contacto con la naturaleza. Es un turismo itinerante cuyas etapas no superan las 48 horas, en su mayoría, en busca de nuevos paisajes o del patrimonio histórico de los lugares que visita y que entre sus preferencias figuran en lugar destacado los paseos a pié o en bicicleta.

Se calcula por las encuestas sobre hábitos que unas 200 mil autocaravanas cruzan la frontera española al año, muchas de ellas de paso hacia Marruecos y Portugal, países donde la acogida de autocaravanas es tradicianal y atractiva.

Según la misma encuesta, casi la mitad de los practicantes son mayores activos (51 a 60 años); este grupo de personas próximas a la jubilación se sitúa en términos de remuneración a su máximo nivel. Las jóvenes parejas con hijos es un grupo en auge que representa algo más del 15% y el grupo de los jubilados pierde paulatinamente peso en el conjunto con algo más del 35% de los usuarios.

En cada autocaravana, salvo raras excepciones, viaja una familia. Familias compuestas mayoritariamente por una pareja. La media de ocupación de las autocaravanas se pueden situar entre 2,5 y 2,7 personas por vehículo. La mayor parte de los usuarios la utilizan una media de 100 días al año y un recorrido anual medio de 10.000 kilómetros.

El autocaravanista, como cualquier otro turista, consume combustible, alimentación, restauración y servicios en las poblaciones que visita. Uno de cada tres usuarios visita un restaurante de una a dos veces por semana y sus preferencias de compra le sitúan en el pequeño comercio local antes de las grandes superficies.

A principios de 2008 en España se están debatiendo muchos aspectos que afectan al turismo a bordo de autocaravanas: el derecho a estacionar y la diferencia entre estacionar y acampar son dos de los temas mas controvertidos, sin embargo hay un aspecto básico que no se debate y que afecta a la propia identidad del vehículo.

Una autocaravana no es un turismo ni un furgón. Es un vehículo de construcción especial diseñado y homologado para el transporte y alojamiento de pasajeros.

La construcción de una autocaravana se realiza sobre el chasis de un vehículo comercial utilizado comúnmente para la fabricación de furgones o camiones ligeros al que se le ha añadido una célula habitable.

La disposición del espacio, las dimensiones, la capacidad de alojamiento, la distribución de los elementos y las prestaciones condicionan sus características físicas tales como el tamaño y el peso. De este modo, la forma exterior se adapta a las disposiciones del espacio interior formando así los cuatro grandes tipos de autocaravanas más habituales que son conocidos como:

Capuchina: El signo distintivo de este modelo que está montado sobre un chasis y cabina, es la disposición de una cama de dos plazas situada en la parte superior de la cabina formando una mansarda cuyo perfil recuerda a una capucha.

La disposición de una cama grande y fija que no ocupa espacio de la célula habitable permite configuraciones familiares de hasta siete personas a cambio de perder perfil aerodinámico y exigir una altura considerable.

Perfilada: Montada también sobre un chasis y cabina, adopta una silueta perfilada gracias al suplemento en el techo que prolonga la cabina y mejora su condición aerodinámica. Existen multitud de configuraciones interiores que contienen de dos a cinco plazas en el habitáculo dependiendo de su longitud.

Integral: Este modelo está íntegramente carrozado a partir del chasis desnudo. Una característica que define el modelo es la disposición de una cama doble, situada en el techo de la cabina y que se abate para ser utilizada sobre los puestos del conductor y copiloto con los respaldos plegados.

Es un tipo polivalente que puede dar cabida de dos a seis habitantes. Constituye la gama alta de los fabricantes.

Camper: Este es un modelo de autocaravana ligero en el que se mantiene la carrocería original de un furgón y que ha sido acondicionado para vivienda. Aptos para acoger de dos a cuatro habitantes, contienen todos los elementos necesarios para considerar una auténtica autocaravana.

Es necesario distinguir entre la capacidad para transportar pasajeros que está mediada por las plazas homologadas y provistas de cinturón de seguridad y la capacidad alojamiento que estará condicionada por las plazas de camas y/o literas.

Es indiscutible que la presencia de un autocaravana, un gran cubo blanco, no deja indiferente al observador. Su tamaño de entre los 5,5 y 8 metros de largo, 1,9 y 2,3 de ancho y una media de casi 3 metros de altura destaca de entre los vehículos de su misma clase: dedicados al transporte de hasta ocho personas, sin incluir el conductor, de menos de 3.500 kilos de masa máxima autorizada que identifica la mayor parte de las autocaravanas en uso.

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